La presente pandemia se apoderó de los sistemas de salud en todo el mundo, aún cuando independientemente del COVID-19 el resto de los padecimientos, por supuesto, no se detuvieron. La atención oncológica se vio particularmente amenazada debido al significativo compromiso inmunológico que los pacientes padecen. No obstante, este texto es una guía práctica sobre casi todas las esferas del tratamiento del cáncer. En este se enfatiza que el tratamiento y tamizaje no deben ser pospuestos, los primeros ya con evidencia de ser seguros. Las pruebas RT-PCR ahora deben realizarse como parte de la rutina pre-quirúrgica, y de tener un resultado positivo, se recomienda esperar un lapso de 4 semanas para realizar el procedimiento quirúrgico. La teleoncología puede ser una respuesta para las citas de seguimiento post-quimioterapia en pacientes que reciben ciclos regularmente, proveyendo a los pacientes atención personalizada con el menor riesgo de infección. Tristemente, hay una escasez severa de personal capacitado para el cuidado paliativo así como para la atención oncológica; una situación que cada institución tendrá que encontrar su manera individual de enfrentar. Con este trabajo, los autores construyeron una guía excelente para la práctica oncológica, dónde la seguridad de los pacientes se ha convertido en una prioridad, que esencialmente se traduce en poder reducir la exposición al virus o al riesgo de complicaciones de COVID tanto como sea posible.