Mediante una encuesta longitudinal se recopilaron datos en población general irlandesa mayor de 18 años (n=1032), que completó un autoinforme en mayo de 2020 y un seguimiento en agosto de 2020 ( n = 715). Las tasas de prevalencia a lo largo de la vida fueron del 29,5 % para la ideación suicida, del 12,9 % para las autolesiones no suicidas (NSSI) y del 11,2 % para el intento de suicidio. No hubo cambios en las tasas de NSSI e intentos de suicidio de las últimas dos semanas durante la pandemia. Las correlaciones entre los indicadores de tendencias suicidas respaldaron una progresión desde la ideación hasta el NSSI y el intento de suicidio. La ideación suicida sola se asoció con ser hombre, desempleado, mayor soledad y menor religiosidad. NSSI (sin intento de suicidio concurrente) se asoció con antecedentes de tratamiento de salud mental. El intento de suicidio se asoció con el estatus de minoría étnica, educación más baja, ingresos más bajos, trastorno de estrés postraumático, depresión y antecedentes de tratamiento de salud mental.