Además de rastrear las variantes actuales de COVID-19, hay cuatro prioridades principales a nivel mundial para responder a las variantes. Primero, necesitamos determinar si las vacunas actuales son eficaces contra las variantes. Los autores recomiendan que podamos estudiar esto a través de estudios de aleatorización a gran escala mientras se administran las vacunas. También necesitamos estudiar esto a través de estudios observacionales no aleatorios para ver si las vacunas actuales están perdiendo su eficacia contra las variantes. La segunda prioridad mundial es decidir si se requieren vacunas nuevas o modificadas. Aunque todavía no conocemos la eficacia de la vacuna actual contra las variantes, ahora es el momento de buscar vacunas contra las variantes. La tercera prioridad global es reducir la probabilidad de que surjan más variantes. A medida que surgen más variantes transmisibles, los esfuerzos de implementación de la vacunación son esenciales para reducir las variantes emergentes. Por último, necesitamos coordinar la investigación internacional y la respuesta a las variantes a través de la OMS. Debemos aumentar la vigilancia, la comunicación y el intercambio de datos a nivel internacional para determinar si las variantes requieren atención, esfuerzo y recursos.